Fue el primer rascacielos de la Argentina construido en
hormigón armado y el primero de la ciudad en mostrar un exterior totalmente
revestido con travertino. Su construcción, de estilo racionalista, se realizó
entre los años 1931 y 1934, sobre un proyecto de los arquitectos Enrique
Douillet y Alfredo Joselevich.
Fue emplazado por encargo de la Compañía Mercantil y
Ganadera S.A. (COMEGA), en un terreno privilegiado que antes había ocupado la
residencia de Francisco Madero, luego transformada en Gran Hotel Nacional.
En su tiempo rivalizó con otro gigante, el Edificio SAFICO,
también de estilo racionalista, y que se construyó 200 metros al oeste, también
sobre la avenida Corrientes. En 1936, el Edificio Kavanaghn superaría
largamente a ambos en altura.
Al inaugurarse se había previsto un 19º piso para uso
colectivo y de reunión. Pero el lugar fue al poco tiempo concesionado para que
se instalara la conocida confitería-restaurante "Comega Club", que
funcionó hasta 1969. Ese lugar fue preparado especialmente para grandes
acontecimientos que pudieron observarse desde su altura, como la llegada en 1934
del dirigible Graf Zeppelin, el sepelio de Carlos Gardel en febrero de 1936, y
el ensanche final que convirtió en avenida a la calle Corrientes, en 1937. En
el 2000 se instaló en el mismo sitio un nuevo Restaurante, y a partir de 2004
el Restaurante-Café "A222", que cerró a principios del año 2012.
Una gran singularidad fueron sus cinco ascensores, pues fue
el primero de Buenos Aires en tener los más rápidos, capaces de subir 180
metros por minuto. También poseía una peluquería en uno de sus pisos, que
atendía a los ocupantes de las oficinas.
Declarado patrimonio arquitectónico de la
ciudad, fue recientemente reciclado y cuenta con la mayoría de los servicios de
última generación
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