El Teatro Tabarís es un clásico teatro de revista que se
encuentra en el lugar donde existió antes un cabaret llamado Royal Pigall (o Royal
Pigalle).
Fue inaugurado el 7 de julio de 1924, y la anécdota cuenta
que en aquella fría noche de invierno la calefacción central falló y los
invitados tuvieron que cenar abrigados con sus tapados y sobretodos. El Tabarís
se transformó en uno de los más importantes cabarets y centro de diversión
nocturna de la clase alta y bohemia de esa pujante década que se recuerda en
todo el mundo como los años locos, siendo el primer lugar público que contó con
aire acondicionado en la ciudad.
En la planta baja estaba
el salón de baile, y en el piso superior el sector de palcos y salones
reservados adonde los clientes podían acceder a espectáculos privados con
prostitutas de lujo. Entre sus visitantes ilustres estuvieron Eduardo de
Windsor (Príncipe de Gales), Orson Welles, Maurice Chevalier, Luigi
Pirandello,Carlos Gardel, Federico García Lorca y hasta el Maharajá de
Kapurthala.
El arquitecto Fabio Grementieri retrata a la clientela del
Tabarís como “(...) compuesta por niños bien, turistas bohemios y celebrities,
toda gente de buen pasar capaz de pagar por una copa el equivalente a casi
medio sueldo de un empleado común.” Según el autor, el chef del teatro “ganaba
igual que un diputado.” Por otro lado, se daban espectáculos de music hall,
tango o varieté sobre el escenario, que se sobre elevaba especialmente. Entre
los artistas notables que actuaron en el Tabaris estuvieron las francesas
Lucienne Boyer,Josephine Baker y Mistinguett.
En 1937, el Teatro-Dancing Tabarís fue remodelado y ampliado
por el arquitecto Rafael Sammartino, quien le brindó una estética moderna de
líneas sobrias, con columnas de influencia art decó en su fachada vidriada.
Desde ese momento, cuenta con una sala principal con un nivel de pullman (suman
551 butacas) y una sala de 160 butacas en el subsuelo apodada petit Tabarís.
Dos años después, se inauguraba en el solar vecino el Cine-Teatro Gran Rex, uno
de los más importantes de Buenos Aires aún hoy.
En 1981, el Tabarís fue comprado por el empresario Carlos
Rottemberg, quien en 1998 lo alquiló a una iglesia evangelista, situación que
se extendió hasta 2006, cuando el teatro reabrió y se sumó al circuito de salas
que organiza Rottemberg, junto con el Multiteatro y el Liceo.
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