Es uno de los teatros de ópera más importantes del mundo por
su tamaño, acústica1 y trayectoria. Es considerado uno de los cinco mejores
teatros para la ópera por su espectacular acústica.
Comparable a La Scala de Milán, la Wiener Staatsoper, la
Ópera Semper de Dresde, y la Ópera de París, es índice inequívoco de
consagración y cita ineludible de quienes aman la música. El Colón ha sido
desde siempre un teatro venerado por los públicos y por los más grandes
artistas.
A fines del año 2006, el Teatro Colón fue sometido a un
profundo proceso de restauración consertiva y modernización tecnológica, que le
devolvió el brillo original de sus años de esplendor, logrando mantener su
acústica.4 Fue reabierto el lunes 24 de mayo del 2010, como parte de los
festejos del Bicentenario de la Argentina.
El Teatro Colón pertenece a la Ciudad y su creación se debe
a una iniciativa del Intendente Torcuato de Alvear. La idea surgió en 1886 y en
1889 se realizó una licitación pública para su construcción, en la cual triunfó
la propuesta del músico y empresario de ópera italiano residente en Argentina,
Angelo Ferrari (1835-1897), quien acompañó su oferta con un proyecto del
arquitecto e ingeniero italiano Francesco Tamburini (1846-1890). El lugar
original para construir el teatro era una manzana en Avenida Rivadavia y
Avenida Entre Ríos, pero finalmente se destinó al futuro Palacio. Entonces, se compró
la manzana que ocupaba la Estación del Parque del Ferrocarril del Oeste, frente
a la actual Plaza Lavalle.
En 1890 falleció Tamburini, cuando la construcción apenas
llegaba al primer nivel, y se hizo cargo de la continuación su colaborador, el
arquitecto italiano Vittorio (1860-1904), formado en Turín. En 1892 Meano
introdujo cambios notables en el proyecto y continuó dirigiendo la obra, de
lenta ejecución, hasta su asesinato, en 1904. Entonces asumió la dirección su
discípulo belga Jules Dormal (1846-1924), a quien se deben principalmente las
terminaciones interiores de refinada calidad y rica ornamentación.
Los sucesivos arquitectos conciliaron en su diseño estilos
tan disímiles como el ático-griego, que predomina en el exterior, y -en
palabras de Meano- "los caracteres generales del Renacimiento italiano, la
buena distribución y la solidez propias de la arquitectura alemana, y la
gracia, variedad y bizarría de ornamentación asociadas a la arquitectura
francesa", hasta conformar un admirable ejemplar del estilo
"ecléctico" del siglo XIX. Si bien el proyecto original de Tamburini
era claramente Segundo Imperio, muy influido por la Ópera Garnier, Meano lo
cambió notablemente al estilo italianizante, y Dormal le dió toques art
nouveau.
Finalmente, el edificio fue inaugurado el 25 de mayo de 1908
con Aída de Giuseppe Verdi, con Lucia Crestani y Amedeo Bassi después de haber
estado en construcción durante casi veinte años.7 Sin embargo, se siguió
trabajando en detalles y en los interiores hasta después de 1910.
En rigor, el significado urbano del Colón excede el marco de
una sala de espectáculos para figurar, junto con el Palacio del Congreso y la
Casa Rosada, entre los monumentos históricos más representativos de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
El edificio ocupa 8.200 metros cuadrados y la superficie
total es de 58.000 m² en el predio delimitado por las calles Tucumán, Libertad,
el pasaje Arturo Toscanini y la calle Cerrito (Av. 9 de Julio) desde donde se
contempla una excelente perspectiva del teatro.
Con capacidad para 2.487 espectadores sentados (alcanzando
los 4.000 con los puestos de pie) divididos en siete niveles, la sala agota las
posibilidades de la forma de herradura a la italiana - es una de las mayores
del mundo - tiene 32 metros de diámetro, 75 de profundidad y 28 de altura en un
entorno de estilo ecléctico, que combina el neorenacentismo italiano y barroco
francés, el diseño del teatro presenta una rica decoración en dorado y
escarlata.
La cúpula original de Marcel Jambon se dañó con filtraciones
de humedad después de un baile de carnaval en los años 30; y fue vuelta a
pintar en 1966 con motivos musicales por el reconocido artista contemporáneo
Raúl Soldi rodeando a la araña central de 7 metros de diámetro con 700 bombitas
eléctricas.
El escenario tiene 35 metros de profundidad por 34 de ancho
y la boca de escena es una de las más grandes en los teatros con forma de
herradura a la italiana.
Rodean la sala, el gran hall de entrada (Foyer), el Salón
Dorado, el Salón de los Bustos, el Salón Blanco y el Museo que alberga los
trajes utilizados por algunas de las celebridades que pasaron por su escenario.
El Instituto Superior de Arte, la biblioteca, el Centro de
Experimentación Musical y los talleres conforman dependencias extraordinarias
que lo diferencian de otros teatros del mundo debido a que la mayoría de las
puestas en escena, telones, elementos escenográficos, de vestuario y todo lo
necesario para una producción completa se construyen en las mismas dependencias
del teatro. Tanto el instituto como los talleres y los cuerpos estables de
coro, orquesta y ballet son un semillero de talentos que han dado prueba de la
capacidad profesional y artística de sus egresados y empleados.
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