El NH Jousten Hotel es un establecimiento de categoría
cuatro estrellas que se encuentra en la Avenida Corrientes esquina 25 de Mayo.
Escenario de sucesos históricos, como las conspiraciones militares previas a la
Revolución, cerró en 1980 y fue reabierto en el año 2000 por la cadena NH
Hoteles.
En 1925, la señora María Lidia Lloveras, princesa de
Faucigny Lucinge, le pidió al cuñado de su hermana, el arquitecto e ingeniero
Raúl Pérez Irigoyen, que realizara los planos de lo que es el actual Jousten.
Ella era propietaria de una vivienda que se encontraba el terreno del futuro
establecimiento, que comenzó a construirse en 1926. Cabe recordar que a fines
del siglo XIX existía allí otro hotel, el Hotel de Inmigrantes.
Dos años más tarde, el Presidente Marcelo T. de Alvear
encabezaba la inauguración del Jousten Hotel, de gran categoría y que supo
hospedar durante las siguientes décadas a viajeros que llegaban del puerto
cercano. El Jousten, como los hoteles de su tiempo, era para permanencia
durante períodos extensos, y sus habitaciones estaban equipadas como pequeños
departamentos, al estilo acostumbrado. “El faisán”, restaurante del hotel, fue
sede de las reuniones secretas entre cuadros militares que luego encabezaron el
golpe de Estado autodenominado Revolución del 43, que derrocaría al Presidente
Ramón Castillo.
Las décadas siguientes, el cambio en la organización de los
hoteles y la decadencia del centro porteño llevó al lujoso hotel a su cierre,
efectuado el 30 de marzo de 1980. En los siguientes meses, el mobiliario
original, la decoración de interiores y la vajilla fueron rematados; y el
edificio quedó abandonado por décadas.
A fines de 1998, la cadena española NH Hoteles compró el
deteriorado Jousten con el objetivo de incluirlo en la red de hoteles que
estaba empezando a formar en la Argentina. Las obras de restauración y remodelación
se desarrollaron durante ese año, y el nuevo NH Jousten Hotel reabrió en mayo
de 2000. Ese año, la Sociedad Central de Arquitectos y el Consejo Profesional
de Arquitectura y Urbanismo entregaron al proyecto el premio anual al Mejor
Edificio Reciclado.
En noviembre de 2003, el Museo de la Ciudad otorgó al hotel
la distinción de Testimonio Vivo de la Memoria Ciudadana, por considerarlo un
edificio “(...) que ha mantenido su carácter y decoración originales,
respetados en su proceso de reciclado.”
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