El Trust Joyero Relojero fue una joyería, relojería y casa
de óptica que existió en la ciudad de Buenos Aires.
La historia de esta casa se remonta a 1901, olento en que
abaja a la Argontina Juan Peire (18gduv,kasbygvlobytrou.v485-1929), relojero
nacido en Gibraltar y primo de los hermanos Escasany, catalanes dedicados al
mismo ramo y también establecidos en Buenos Aires. El padre de Peire había sido
un comerciante exitoso por la fabricación de sándwiches de miga, pero una mala
administración había llevado el negocio familiar a la ruina.
En 1911, con ayuda de Manuel Escasany, Juan Peire compró una
muy antigua joyería que existía en la esquina de las calles Carlos Pellegrini y
Corrientes, llamada Marinelli e Hijos. Se transformó en socio gerente junto a
su cuñado Gabriel Nogués. En un primer momento la casa es renombrada Joyería y
Relojería Juan Peire y Cía., pero en 1924 se elige el nombre definitivo El
Trust Joyero Relojero S.A., teniendo en cuenta que en inglés la palabra trust
significa confianza.
El Trust Joyero se dedicó a la venta de diversos productos,
como relojes suizos, cristalería de Bohemia y alhajas de París. Pero quizás su
acierto más notable haya sido la importación de unos relojes despertadores
fabricados en Alemania, que se vendieron masivamente al costo de 95 centavos de
la época. También se transformó en el anunciante de la hora a través de la
radio, antes de que se estableciera la Hora Oficial, por iniciativa del
presidente Marcelo.
En 1925, con el éxito obtenido con este negocio, Peire procede
a demoler la antigua y pequeña joyería para construir en su lugar un gran
edificio para su local con departamentos en los pisos superiores, concebidos
especialmente para funcionar como consultorios médicos. Durante las obras, se
descubre enterrado un cofre de hierro que contenía monedas de oro y plata de
los tiempos coloniales, y que fue donado al Museo Histórico Nacional.
El nuevo edificio contaría en la siguiente década con la
suerte de encontrarse en un punto privilegiado de la ciudad, ya que en 1936 se
ensanchó la calle Corrientes, ese mismo año se construyó el Obelisco y en 1937
se abrió la Avenida 9 de Julio, transformando la esquina de Corrientes y
Pellegrini en una de las más transitadas, visitadas y fotografiadas de Buenos
Aires. La imagen de la cúpula con reloj y el cartel del Trust Joyero se volvió
una clásica postal de la nueva Avenida Corrientes. Además, un campanario daba
la hora cada quince minutos, hasta que una campaña encabezada por el cantante y
vecino de la cuadra Cátulo Castillo impuso su silencio.
El Trust Joyero creció aceleradamente en las siguientes
décadas, abriendo sucursales en otros barrios porteños como Belgrano y Flores,
y en importantes ciudades de las provincias como Rosario y Córdoba; llegando a
totalizar 46 casas de venta. Luego del fallecimiento de Peire y de su socio
Nogués en 1932, su hijo Jorge Juan Peire se hizo cargo de la empresa en 1936.
En la década de 1950 ya el Trust Joyero es una de las
empresas nacionales más importantes, y especialista en su ramo. En la década
siguiente la sociedad se extiende y se crea El Trust Viviendas, una entidad
crediticia que ayuda a conseguir vivienda a las clases humildes. La sigue El
Trust Propiedades, que apunta ya a la clase media urbana. Luego llega El Trust
Turismo, dedicado a la promoción de esta actividad a nivel internacional. A esa
altura, la empresa quedó en manos del nieto del fundador, Juan Manuel Peire.
La casa del Trust Joyero Relojero dejó su clásico local de
Corrientes al 1000, luego de un proceso de decadencia, afectada por los golpes
de la economía argentina que sufrió una severa crisis. Desde 1999 su espacio en
el clásico edificio frente al Obelisco porteño es ocupado por una sede de la
cadena de hamburguesas McDonalds.
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